miércoles, 20 de mayo de 2009

Dos poemas de SILVIA ETHEL MATUS

SILVIA ETHEL MATUS, EL SALVADOR





Estrella


A Elis Regina, cantante Brasileña, fallecida en 1982 a los 36 años



“Ahora retiran de mí el velo de carne,
escurren toda la sangre, afinan los huesos en haces luminosos y ahí estoy,
en el salón, las casas, las ciudades, parecida a mí.
Un esbozo.
Una forma nebulosa, hecha de luz y de sombra.
Como una estrella.”


Era jóven
y llamando a mi puerta
tu voz
Queriendo hablar como Dios,
Acariciando la Acuarela de Brasil
Susurrando Eu te amo
suavemente entre sueños
como Las aguas de marzo.
o aullando como gata en celo
me deixas louca, louca.

Rupturista del Bossa nova
upa neguinho me abraza
y más cerca del blues de los 20 años
bebida y Equilibrista
pimienta para los milicos,
amuleto de poetas, bohemios y estudiantes
madre a medio tiempo
saudade do Brasil
carnaval
viajera singular

Santa Elis
¿No oiste en tu funeral
a la gente cantando tus canciones?
serpiente apretujada y doliente deseando ver
tu plácida y última sonrisa.
Junio, 2008





ZAFIRA JAMIL



Zafira Jamil
Transita por las calles de Bagdad
Buscando la esperanza
Entre escombros y trazos de olvido
Con su galería de pintura
Llena de polvo y viejas telas de araña
Y Sus escritos prohidos por dictadores decrépitos
que ahora nadie leerá.
Zafira, diosa de la premonición
Del sueño
De mujeres yendo a la escuela
Participando en las tribunas
Ahora añicos bajo las orugas de las humvee coloniales.
Pero Zafira vuelve
A su vieja galería de pintura
A sus papeles y su máquina
Mientras la ciudad se desangra
y el petróleo se desparrama por el desierto calcinado.
3 Julio 2008

lunes, 18 de mayo de 2009

Cantata de la poeta-Nora Méndez

Nora Méndez, El Salvador [Foto:Katya Romero]





Cantata De La Poeta




Pasarán
pasarán las horas
con su bastón de siglo
en el acordeón de Espronceda
en elipse de carbón trae minutos de cueva
segundos disueltos en la efervescencia de un átomo
nariz fruncida del mundo
agonizan
lentas orugas lentas
mamíferos reptiles peces
todos en conspicua agonía,
enterrados como raíz negra
huella paleolítica en la mecánica escalera

Alguien dejó servida la mesa en el corazón del hombre
Quizás las multitudes que en estruendosa huida
traspapelaron las categorías de la sed y el remordimiento
pero tocan la puerta,
son los niños más pequeños que regresan
reanudando el vuelo en los columpios
inseminando nuevamente mariposas

son los poetas, madre, son los poetas
Ebrios de holgura y cadencia
colocan nuevas barricadas
retornan secos del naufragio
Con el equipaje de dolor intacto
Bolsillos de la pesadilla
Llenitos de barquitos de papel y ranas cojas

Regresan locos locos
como se fueron
Con mas alas que pan bajo el brazo
sin catapultas ni piedra
Montados en monociclos
Papalotes bicicletas
Sin edad para interrogatorios
Ni fusilamientos frente al cine

Frescos como tomates
Son ellos los que formados en filas de esperanza
Reciben otro siglo
mientras los gusanos,
esos extremistas del follaje
recapitulan la nervadura,
camino exuberante
en donde ladrón librado
se nos hace tarde juega
como si uno decidiera dónde y cuándo
herir profundo el poema
y su ADN de mestizaje

Será entonces
Y sólo entonces
Que asustado correrás
Reconociendo el canto que un día
Desoyeras
abriendo una a una tus jaulas
soltando las plumas grises
de los que algún día tuvieron alas
acariciando esos índices muertos
en la vértebra de números ancianos
Y andarás entonces
Ciego y sin pasos
Como una vez anduve yo
nocturna por tu casa
Y sin pasos llegarás ahí
Donde redimida
Aún te escribe
mi poesía…